20/01/2006 – I Encuentro Profesional sobre Dependencias Sentimentales

¿En qué consisten las dependencias sentimentales? Casi todos tenemos un cierto grado de interdependenciafisiológica.: somos seres sociales que dependemos los unos de los otros. El problema sobreviene cuando el sujeto es controlado por esa necesidad. El miedo a la pérdida, a la soledad y/o al abandono contamina el vínculo afectivo y lo vuelve patológico. ¡Y en verdad que es una patología florida e intensa!.

07/04/2005 – Seminario: Adicción al amor y dependencia sentimentales

Las dependencias relacionales (D.R.) son poco conocidas, existiendo además cierta confusión conceptual. Los autores americanos se refieren a ellos denominándolos genéricamente codependencias o coadicciones en unos casos, e interdependencias en otros. Los autores europeos discriminan más el término, reservando la acepción codependencia para un tipo concreto de D.R. y la denominación dependencia afectiva o emocional para el resto. A mayor abundamiento, términos perfectamente válidos y descriptivos como “adicción al amor” parecen ser temidos por los profesionales, utilizándolos mayormente autores de libros de autoayuda.

13/12/2002 – II Symposium Nacional sobre Adicción en la mujer

En los últimos años son numerosos los encuentros dedicados a la mujer y su problemática. Es un tema plenamente vigente, aunque más en su dimensión sociológica que técnica. No obstante -y por suerte- cada vez un mayor número de instancias reconocen los específicos problemas de la mujer adicta y la necesidad de buscar y ofrecer alternativas válidas de solución a los mismos.

06/11/2000 – I Symposium Nacional sobre adicción en la mujer

Hace unos años resultaba tan obvio que la asistencia en el campo de las adicciones era “cosa de hombres” que nadie se percataba ni tenía reparo alguno, más allá de cuestiones lingüísticas y de formas literarias, en usar el masculino para referirse a la generalidad de la población atendida. Se hablaba de los adictos sin darse cuenta de que el modelo tanto epistemológico como terapéutico que subyacía tras dichas afirmaciones sufría graves sesgos creados por la propia realidad asistencial, es decir, por el abrumador predominio de pacientes varones en recursos asistenciales tanto ambulatorios como residenciales. No es de extrañar entonces que las mujeres adictas fueran tratadas como casos atípicos no sólo por su escasa presencia sino porque ellas mismas evitaban acudir a servicios de atención profesional salvo en contadas ocasiones. Una vez en éstos, con aplicárseles los mismos considerandos que a los hombres era suficiente.