Iniciamos una serie de posts en nuestro blog llamada “De anécdotas y moralejas” que incluirá tanto episodios significativos de la vida de pacientes en tratamiento como comentarios sobre los mismos elaborados por el Dr. Carlos Sirvent (psiquiatra) y por Leandro Palacios (psicólogo clínico). Por respeto a la intimidad de dichos pacientes, se eliminarán o modificarán aquellos datos que puedan atentar contra el derecho a la confidencialidad de la información proporcionada.
Paciente en tratamiento por alcoholismo
(…) Como anécdota os contaré que han vuelto a abrir muchos de los bares que estaban cerrados, entre ellos uno en concreto. ¿Y por qué os cuento eso? Pues porque allí es donde siempre empezábamos a beber cerveza en el trabajo (luego obviamente seguíamos en otro sitio).
El hecho de verlo abierto y volver allí -ahora pidiendo agua con gas-, pues me ha traído muchos recuerdos -la mayoría negativos, la verdad-, porque era un sitio que jugaba un papel importante en mi adicción. Ahí empezaba siempre lo que luego acababa como el Rosario de la Aurora.
Pero quería compartir con vosotros un hecho. Pues resulta que, como estábamos en este bar todos los santos días dándole a la cerveza, y como somos gente maja (como no tengo abuela ya me lo digo yo), nos conocían todos los camareros y nos mimaban bastante. El hecho es que llegó un momento en que ya el nivel de invitarnos a cervezas era tal que eran más las que me bebía gratis que las que pagaba.
Ayer, con ayuda de un compañero que siempre bebía conmigo (y sigue bebiendo, lo que pasa es que éste no es alcohólico, es que es British y lleva las cervezas en los genes), llegamos a estimar que, valorando en euros las cervezas a las que nos habían invitado, la cantidad ascendía fácilmente a más de 1000€ por cabeza que nos habíamos bebido y no habíamos pagado.
Flipante pero cierto (Leandro, ésta para el blog). En la sociedad en la que vivimos, el alcoholismo te puede salir hasta gratis. Gratis monetariamente hablando, porque bien sabemos todos que el alcoholismo no es para nada gratis en nuestras vidas.
Dr. Carlos Sirvent (psiquiatra)
El paciente juega con el contraste entre la gratuidad del producto y lo caro de sus consecuencias. El alcoholismo es una adicción abierta a todas las clases sociales. En el extremo de la opulencia, los capos narcotraficantes no consumían cocaína para no caer en la adicción, pero si grandes cantidades de bourbon americano que ingerían incluso antes del desayuno. En el extremo de la miseria, el vino peleón es vicio barato de mendigos que viven entre cartones: cartón de vino para beber, cartón de papel para dormir, ataúd de cartón para el reposo final.