El tratamiento en nuestros Centros de Salud Mental puede ser ambulatorio, residencial o en centro de día según sea la necesidad del paciente. El tratamiento residencial se utiliza para aquellos trastornos que necesiten un internamiento y es de tipo activo para que el paciente se recupere y responsabilice de su tratamiento.
Si la patología es severa o el paciente está tan afectado que no puede activarse, durante un tiempo prudencial se atiende y cuida hasta que se sienta capaz de tener un rol más activo. A partir de entonces se le integra en un programa de implicación progresiva.
El tratamiento residencial es lo contrario a un hospital psiquiátrico o clínica de reposo, ya que se trata de un programa activo con un horario que hace el día corto e intenso pero sin agobios. El tiempo siempre está ocupado para que el paciente no se vuelva ocioso, con sesiones psicoterapéuticas y socioterapéuticas intensas y extensas a la vez, siempre a medida del paciente para que no se abrume, pero tampoco se vuelva pasivo o negligente.
Los pacientes que hacen el tratamiento relatan que se les hizo corta la estancia y que los tratamientos les sirvieron. Todos afirmaron mejorar y una buena parte se recuperó plenamente, a excepción de los pocos que abandonaron prematuramente.

