ABRÍ LOS OJOS
Empecé el tratamiento porque me quitaban a mis hijas, al principio no quería hablar, no sentía que éste fuera mi lugar, solo quería estar con él… Pero me quedé, algo en mí hizo que me quedara.

La primera vez que entré en la consulta creía que no tenía ningún problema y que mi pareja me quería y me protegía. Sentía la necesidad de protección que creía encontrar en él y que demandaba desde mi niñez sin darme cuenta que estaban presentes en esta relación con la cocaína, también el alcohol y las agresiones verbales y físicas.

Mis compañeros me ayudaron mucho y las terapeutas hicieron que encontrara un espacio para comunicarme….he empezado a hablar y a darme cuenta de que quizás la realidad no es como yo quería que fuera.

Recuerdo que “luego vinieron las palabras amenazadoras… Me hacía sentir inútil, mala, un bicho…. Los golpes que me daba me decía a mí misma que me los merecía… lloraba desgarradamente todas las noches. Pensé que él tenía razón… Me recordaba que nadie me querría como él. Yo bebía. El alcohol me ayudaba a estar tranquila”

Finalmente, abrí los ojos. Un día tras otro y después de muchos grupos de terapia con mis compañeros, de luchas internas, de días de tristeza que empezaron también a ser alegres…. me decidí a comenzar mi vida de nuevo, sola. Lo dejé y hablé. No quería estar atada a nadie. Quería estar sin él y sin la cerveza y la cocaína.

Me estoy perdonando…estaba tan enfadada conmigo misma. Y seguí… y sigo luchando.

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