Entendemos la docencia como una actividad consustancial a la clínica y a la asistencia. Más allá del afán divulgador de la propia experiencia profesional, la docencia mantiene viva la dinámica asistencial de Fundación Instituto Spiral gracias no sólo al innegable aporte de aquellas nuevas ideas, modelos y maneras de ver las adicciones y la salud mental que proveen los alumnos en formación sino también al ejercicio metódico y riguroso implícito en traducir y en transmitir a un lenguaje accesible por el alumnado los contenidos teóricos, los fenómenos terapéuticos y vivenciales y los procedimientos técnicos que conforman el abordaje de los trastornos adictivos.

 

Como resultado esperable de los argumentos anteriores, la actividad docente mejora las capacidades clínicas del profesional como individuo y como parte de lo que consideramos el “átomo terapéutico”, es decir, el equipo multiprofesional. Incrementa por lógica la calidad institucional y acaba con el secretismo – defendiendo no obstante más y mejor la confidencialidad del proceso terapéutico y de la intimidad de los pacientes –  que aún acompaña a las adicciones como campo de interés social y que enturbia la transmisión de conocimiento y el relevo generacional imprescindibles en cualquier ámbito de la salud mental.