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06/11/2000 – I Symposium Nacional sobre adicción en la mujer

Hace unos años resultaba tan obvio que la asistencia en el campo de las adicciones era “cosa de hombres” que nadie se percataba ni tenía reparo alguno, más allá de cuestiones lingüísticas y de formas literarias, en usar el masculino para referirse a la generalidad de la población atendida. Se hablaba de los adictos sin darse cuenta de que el modelo tanto epistemológico como terapéutico que subyacía tras dichas afirmaciones sufría graves sesgos creados por la propia realidad asistencial, es decir, por el abrumador predominio de pacientes varones en recursos asistenciales tanto ambulatorios como residenciales. No es de extrañar entonces que las mujeres adictas fueran tratadas como casos atípicos no sólo por su escasa presencia sino porque ellas mismas evitaban acudir a servicios de atención profesional salvo en contadas ocasiones. Una vez en éstos, con aplicárseles los mismos considerandos que a los hombres era suficiente.